Los nuevos equipos PRO

En el PRO decidieron conformar equipos de respaldo entre ministros y legisladores que serán sus álter egos. Algunos diputados deberán adaptar su nuevo rol al silencio.

“Todos hablando de todo o ninguno hablando de nada no tenía lógica. Estamos en cuenta regresiva para las elecciones, se va a jugar sucio, si no entienden eso, estamos fritos”, graficó uno de esos espectadores de las reuniones internas del PRO que no necesita meterse debajo de un escritorio para obtener información.

Los problemas son evidentes, y ante el aluvión de ataques que están recibiendo los ministros, se decidió armar equipos de defensa con algunos diputados del bloque PRO. Algunos por afinidad política, otros por afinidad personal y otros porque simplemente conocen las áreas en cuestión, fueron designados para ocupar esos roles.

“La cuestión es que antes del recambio legislativo teníamos una idea más clara de quién hablaba y de qué cosas, no porque los hubiésemos designado sino porque varios tenían la cintura política para hacerlo. Hoy no podemos dar esa libertad”, revela un funcionario de alto rango involucrado en las decisiones comunicativas del Gobierno porteño, al explicar por qué se decidió este sistema de vocerías.

En esta cuestión que pondera lo político, la vinculación personal y el conocimiento o afinidad con el área, se constituyeron algunos tándems o tríos de defensa, como un armado para pelear las batallas espalda con espalda. Ya sea en la discusión dentro de la Legislatura o frente a los medios, pero sobre todo ante sí mismos, los “equipos” se están afianzando, de a poco, ya que a algunos todavía les cuesta sacarse la costumbre de opinar sobre todos los temas. Para darse una idea, a la bien aceitada dupla Néstor Grindetti-Álvaro González, respectivos ministro de Hacienda y presidente de la comisión de Presupuesto, se sumaron dos espadachines más. Una por identificación política, Karina Spalla, y otro por afinidad personal, Alejandro García. Tanto Spalla como García tienen conocimiento del área en cuestión, aunque con el acento en diferentes temas. Ellos tres serán los interlocutores válidos del ministro.

En el caso de Guillermo Montenegro (ministro de Seguridad y Justicia) y Eugenio Burzaco (jefe de la Policía Metropolitana), el legislador Martín Borrelli era un fijo de esa área. Pero se suma, debido a su cercanía con el subsecretario de Justicia Daniel Presti, el legislador Gerardo Ingaramo, hoy a cargo de la comisión de Justicia.

Correspondencias por comisión sólo queda una y es la de María Eugenia Vidal con Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social y presidenta de la comisión de Promoción Social, respectivamente. Ellas también comparten afinidad política y personal: ambas son del grupo Sophia.

Si por afinidad personal y política hablamos, la dupla Diego Santilli y Bruno Screnci Silva, ministro de Medio Ambiente y Espacio Público y legislador, respectivamente, trabaja junta desde hace años y eso consolida que el legislador sea el elegido. Aunque no presida ninguna, Screnci integra todas las comisiones que tienen competencia con Santilli, más Presupuesto.

Caso similar es el del ministro de Educación, Esteban Bullrich, y el legislador Enzo Pagani. Ambos provienen de Recrear y tienen una amistad de años. Victoria Morales Gorleri, quien preside la comisión de Educación, suele tener un nivel de exposición pública más bajo en el área y puertas adentro reclama más.

Por competencia de áreas y afinidad en la gestión puede ubicarse el caso del ministro de Desarrollo Económico y actual coordinador de los equipos técnicos de Mauricio Macri Presidente 2010, Francisco Cabrera, y sus álter egos político-mediáticos: los mencionados García e Ingaramo.

Especial caso es el del ministro de Salud, Jorge Lemus, ya que, ni por afinidad política, ni personal, ni porque haya obtenido la presidencia de la comisión afín (el PRO cedió la titularidad de Lidia Saya en Salud a manos de la oposición), la legisladora Carmen Polledo quedó a cargo de la vocería. Saya, quien sigue como vicepresidenta de la comisión de Salud, prefiere guardarse en silencio.

También especiales, pero no por el mismo caso de Lemus, son las vocerías de Hernán Lombardi (ministro de Cultura) y Daniel Chain (ministro de Desarrollo Urbano). En el primer caso, el ministro, cual lobo estepario, no encuentra quién lo secunde, aunque varios rotan en ese lugar según su competencia (Jorge Garayalde, Patricio Di Stéfano, Avelino Tamargo); en el segundo caso, Cristian Ritondo, ahora jefe de bloque, da una mano recordando su paso por la comisión de Obras Públicas que hoy preside Fernando De Andreis.

Ritondo, Helio Rebot, Borrelli y Pagani son los legisladores designados para pivotear en la defensa de los proyectos del Gobierno porteño, cualquiera sea el área y tema. Mientras que a Oscar Moscariello, la Legislatura, que preside, lo mantiene ocupado tiempo completo.

Congreso y Legislatura

El PRO ha dispuesto también que haya mayor comunión y acuerdo entre los proyectos presentados en el Congreso nacional y en la Legislatura con relación a la búsqueda de una mayor autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Es por eso que, a partir de esta semana, un grupo conformado por tres diputadas nacionales (Paula Bertol, Laura Alonso y Gladys González) y tres legisladores porteños (Martín Ocampo, Gerardo Ingaramo y Alejandro García) cranean una estructura de trabajo conjunta que se reunirá semanalmente.